Duluth es una ciudad minera de Minnesota
construida sobre un acantilado rocoso que lleva al lago Superior. Yo nací allí -mi padre nació allí-, mi madre procede de la Cordillera del Acero más al norte. La cordillera del acero es una larga hilera de ciudades mineras que comienza en los Grandes Rápidos y termina en Eveleth. Todavía era pequeño cuando nos mudamos a Hibbing para vivir con los parientes de mi madre. Hibbing tiene la mina al raso más grande del mundo Hibbing tiene escuelas, iglesias, abacería y una cárcel, se juegan partidos de fútbol entre colegios superiores y tiene un cine Hibbing tiene coches preparados que corren a todo meter los viernes por la noche. Hibbing tiene bares en las esquinas con bandas de polka, puedes ponerte en un extremo de la ciudad en la calle principal y ver claramente los límites de la ciudad en el otro extremo. Hibbing es una buena ciudad, huí de ella a los 10, 12, 13, 15, 15½, 17 y 18 años fui cogido y devuelto allí todas las veces menos una escribí la primera canción para mi madre y la titulé "A mi madre". La compuse en quinto grado y el profesor me dio un notable. Empecé a fumar a los once años y sólo lo dejé una vez para recobrar el aliento. No recuerdo que mis padres fueran muy cantarines al menos no recuerdo haber compartido canciones con ellos. Más tarde fui a la Universidad de Minnesotta con una falsa beca que nunca tuve. Estuve en la clase de ciencias y me suspendieron por negarme a contemplar cómo muere un conejo. Me expulsaron de la clase de inglés por poner palabrotas en un papel describiendo al profesor. También fracasé en la clase de comunicación por llamar por teléfono todos los días por decir que no podía ir. Lo hice bien en español más que nada porque ya lo sabía de antemano. Para advertirme, me admitieron en un club de estudiantes me dejaron vivir allí y así lo hice hasta que quisieron que me asociara. Me mudé por dos noches a un apartamento de dos habitaciones con dos chicas de Dakota del Sur. Crucé el puente hacia la calle 14 y me trasladé a una habitación encima de una librería que también vendía malas hamburguesas, camisas de baloncesto para sudar y estatuas de perros dogos. Me enamoré apasionadamente de una actriz que me dio un rodillazo en las tripas y acabé en la orilla del río Mississippi con una decena de amigos en una casa ruinosa bajo el puente de la Avenida Washington al sur de Seven Corners. Este es más o menos un resumen de mi vida universitaria. Después hice auto-stop hasta Galveston, Tejas en cuatro días, tratando de encontrar a un viejo amigo, cuya madre me abrió la puerta de alambre y me dijo está en el ejército, cuando se cerró la puerta de la cocina ya estaba atravesando California -casi en Oregón- en los bosques encontré una camarera que me recogió y me dejó en algún lugar de Washington. Fui bailando todo el camino desde los festivales indios de Gallup, Nuevo Méjico, al Madri Grass de Nueva Orleans, Louisiana. Con el pulgar al viento, los ojos adormecidos, el sombrero vuelto y la cabeza dándome vueltas vagué a la deriva aprendiendo nuevas lecciones me fabriqué mi propia depresión, subí a trenes de carga por divertirme y fui aporreado por diversión. Corté césped por veinticinco centavos y canté por diez. Hice auto-stop en las autopistas 61-51-75-169-66-22 Gopher Road, la Ruta 40 y la autopista de peaje Howard Johnson. Me encerraron por sospecha de robo a mano armada, me arrestaron durante cuatro horas acusado de asesinato me sacudieron por tener el aspecto que tengo y nunca hice nada de eso en algún lugar me tomé el tiempo necesario para empezar a tocar la guitarra en algún lugar me tomé el tiempo necesario para aprender a cantar en algún lugar me tomé el tiempo necesario para aprender a escribir, pero no me tomé el tiempo necesario para hacer todas esas cosas cuando me preguntan por qué y dónde empecé, sacudo la cabeza, muevo los ojos y me alejo confundido. De Shreveport llegué a Madison, Wisconsin en Madison llenamos un Pontiac de cuatro puertas con cinco personas y salimos disparados hacia el Este y a las 24 horas todavía íbamos por el Túnel de Hudson salimos de una tormenta de nieve, dijimos adiós a los otros tres y seguimos hacia MacDouglas Street con cinco dólares entre los dos pero no éramos pobres. Yo tenía mi guitarra y mi armónica para tocar y él las ropas de su hermano para empeñar en una semana, él regresó a Madison mientras yo me quedaba para pasar todo el invierno yendo del Lower East Side al Gerde’s Folk City. En mayo, hice auto-stop hacia el Oeste y tomé equivocada la autopista de Florida, desesperado y cansado me apresuré de vuelta a Dakota del Sur a costa de mantener despierto todo el día a un conductor de camión y cantar una noche en Cincinatti. Visité a un viejo amigo en Sioux Falls y me desanimó me desgarró e hirió duramente ver lo poco que teníamos que decirnos. Volví a Kansas, Iowa, Minnesota, visitando a viejos camaradas y a las chicas de los primeros escarceos y empecé a darme cuenta de que mi camino y el suyo eran muy distintos. Me encontré de nuevo en Nueva York a mediados del verano, viviendo en la Calle 28 con gente amable, honesta y muy trabajadora que se portó muy bien conmigo. Me mencionaron en el "Times" después de tocar en otoño en el Gerde’s Folk City. Grabé para la Columbia después de salir en el "Times" y aún no puedo encontrar tiempo para regresar y ver por qué y dónde empecé a hacer lo que estoy haciendo. No puedo decirte quienes influyeron en mí porque fueron demasiados para mencionarlos a todos y podría olvidar a alguno y eso no sería justo. Woody Guthrie, seguro. Big Joe Williams, claro, pero, ¿y esas caras que no volvemos a encontrar y las curvas y las esquinas y los atajos que se perdieron de vista y quedaron atrás. Y los discos que sólo oíste una vez, y el aullido del coyote y el ladrido del perro dogo, y el maullido del gato y el mugido de la vaca, y el lamento del pitido del tren? Abre los ojos y los oídos y quedarás influenciado y no hay nada que puedas hacer. Hibbing es una buena ciudad. Huí de ella a los 10, 12, 13, 15, 15½, 17 y 18 años, fui cogido y devuelto allí todas las veces menos una. |
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