martes, 6 de diciembre de 2016

Greendale. Un film de Neil Young, por Max Pierro






GREENDALE es una película de dos acordes, no por su sensible contenido sino por la forma y lenguaje con que Bernard Shakey (Bernardo Tembloroso, el alias con el que se ficciona el músico Neil Young) hace uso de cámaras 8 milímetros para labrar un gran retrato de la comedia humana. Un acercamiento con el zoom sobre la historia que nos toca, una descripción íntima de la Norteamérica post al-Qaeda sobre tres generaciones de la familia Green, en la misma contemporaneidad externa, pero diferente en el corazón de cada uno de ellos. Esta especie de ópera descrita por su autor como una "novela musical", se ha desarrollado en Internet (desde la página oficial del mismo Young, con mapas, árboles genealógicos y material que no se encuentra en ninguno de los otros formatos), álbum de música (no se trata de la música de la película, como estamos acostumbrados, sino de la película de la música), conciertos multimedia con los actores en escena (eléctricos con Crazy Horse y acústicos intimistas que incluyen narraciones del autor entre canción y canción que tejen un nexo entre ellas) y, más recientemente, un libro de ilustraciones hechas por James Mazzeo. Este heroico largometraje mantiene la constante de la panorámica sobre ese lugar ficticio llamado Greendale a la manera del Spingfield de los Simpsons: un lugar familiar que puede estar en cualquier parte pero no sabemos exactamente dónde queda. Espacio en el cual el drama personal de cada uno tiene cercanos puntos de contacto con los del otro (como en todo pueblo pequeño). Sun Green, Earl Green, Edith Green, el Abuelo, la Abuela, Jed Green, el oficial Carmichael y El Diablo en persona (ignorante, tonto, vanidoso y superficial como la maldad misma) son las caras visibles del drama, en el que  la voz de Young es la del narrador y la voz de todos los personajes que también se camufla cuando la banda del bar (The Imitators/Los Imitadores) está tocando la misma canción que cuenta lo que sucede o, cuando en una escena el abuelo le pide, abrumado por el acoso de los periodistas, a "ese chico que no para de cantar" (dirigiéndose al mismo Young) que se calle.


Neil Young ha demostrado su talento a través de su fructífera carrera como músico y, tal vez, sea el único sobreviviente que pueda seguir soñando los valores Peace & Love de la generación Woodstock con integridad y sin perder crédito. En GREENDALE, una película verdaderamente independiente, lo vuelve a hacer otra vez.

Lamentablemente, este film solo se vio en Argentina durente el 6° Festival de Cine Independiente del año 2004, con subtítulos en español y, excepto por el CD (Neil Young & Crazy Horse, Greendale, Reprise Records, 2003) no existe edición ni en DVD ni en VHS.




* Versión revisada y corregida por el autor.  El texto fue publicado inicialmente en el blog Just Groove It (2005) 


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